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24/02/2022Errores en la compra de calzado
¿Te has dado cuenta de la cantidad de zapatos que hay que comprar a los peques? Entre tener más de un par para poderles cambiar. Y lo rápido que cambian de talla, es fácil descuidarnos. Por eso te lo queremos poner fácil. Compartiremos los errores más comunes en la compra de calzado infantil. Verás que son sencillos de evitar.
En el día a día podemos fijarnos en ciertos detalles. estos nos irán dando pistas de que algo no va bien. ¡Haz caso a tu instinto!
Hay que contar con que los peques la mayoría de las veces no son capaces de explicarnos como les quedan los zapatos.
Pero su lenguaje corporal puede ponerte en sobre aviso. Simplemente obsérvale al caminar.
Comprar calzado grande
Si compramos los zapatos grandes, bien sea de largo o de ancho. Puede que le veas tropezar y/o incluso llegar a caer con cierta facilidad.
Al quedarle largo, tendrá que levantar más el pie al caminar para librar el exceso de puntera. Modificando su patrón de la marcha.
Si de donde le queda grande es de los laterales, el pie le bailará dentro del zapato. Puede que se le salgan al hacer algún movimiento y no esté cómodo.
Los zapatos se le pueden salir. Y el niño/a al sentir esto intentará solucionarlo. Una de las consecuencias de este error es que el peque puede que tenga que ir haciendo garra con los dedos para sentirse más sujeto.
Comprar calzado pequeño
Este es más común de lo que nos gustaría. Porque de repente pegan un estirón y le quedan pequeños los zapatos. A todos nos ha pasado alguna vez, sólo hay que fijarse en algunas cosas.
Quizá le veas alguna marca roja al descalzarle. Bien sea a los lados de los dedos, como en la zona del empeine si es por estrecho.
Podrás darte cuenta también, observando el nacimiento de la uña del dedo predominante. Puede que se le esté poniendo morada la raíz debido a la presión soportada.
Si le van pequeños puedes notarlo también al tropezarse y/o caer. A muchas familias les sorprende este hecho pero es común que se tropiecen por esta razón.
Comprar calzado duro y/o pesado
Si el calzado comprado es duro, tanto a nivel de suela como de contrafuerte trasero y/o estabilizadores laterales.
No permitirá al niño/a mover libremente el pie. Llegando a inmovilizarlo. debemos evitar también el calzado que no le deje mover el tobillo de manera natural.
Veremos que ese calzado es pesado al comparar la pisada del niño cuando va descalzo y cuando va calzado. El movimiento es diferente con este tipo de zapatos.
Comprar calzado de baja calidad
No siempre podemos adquirir calzado de calidad pero debemos intentarlo. Ya que un zapato con materiales de baja calidad pueden salirnos caros.
Comprar calzado con materiales poco o nada traspirables, con componentes que no pasen los estándares mínimos de calidad,…
Por ejemplo, materiales como el plástico hacen que el pie sude mucho. Pudiendo provocar irritaciones e incluso hongos.
Heredar calzado
Esta práctica es poco recomendable. Cada niño tiene unas características y unas necesidades concretas.
Imaginemos que un niño desgasta el calzado por un lado. El hermano pequeño lo hereda. ¿Qué pasaría? Ese segundo niño, tendría que compensar su pisada. Puesto que no parte de una base neutra.
Conclusión: Hay que estar pendiente de las medidas de los pies con cierta regularidad. Los niños/as (y mucho menos los bebés) no son capaces de decirnos que los zapatos no le van bien. Ni el porqué.
Es importante elegir bien la talla y el material. Por si tienes dudas, aquí te dejamos un post con trucos para medir el pie del bebé que espero te sea de utilidad.